Al principio todo era paz,
y contigo llegó la mortandad.
Vives oculto en tu disfraz
con tus cien máscaras de maldad

Pero no eres nuevo aquí ¿Verdad, cangrejo?
Te bautizó Hipócrates, qué listo el Griego.
Y aún antes, mucho antes, en papiro
egipcio, allá por el 1600 antes de Cristo.

Por eso yo te maldigo.
Maldito, maldito sea tu nombre.

Tú eres el verdadero príncipe de las tinieblas.
Con tu fuego abrasador, siembras el horror.
Genocida. Hasta hace poco sin grilletes,
7'6 millones de muertes solo en 2007.
No tienes piedad en raza, género, edad...
Cabalgas, te asientas y destruyes,
matas de hambre a los demás.
Con tu triunfo, tú también morirás;
es tu naturaleza, y todo te da igual.

Por eso yo te maldigo.
Maldito, maldito sea tu nombre.

Con tu despiadado general al frente,
Destructor, el más temido, el más fuerte,
conductor de legiones en éxtasis.
Da terror solo oír su nombre: Metástasis.

A veces no invades desde fuera.
Has encontrado otra puerta,
ya estás dentro desde antes de nacer.
ADN es tu secreto, no hay nada que hacer.

Por eso yo te maldigo.
Maldito, maldito sea tu nombre.

Aunque te vamos conociendo;
hemos tardado, pero hemos llegado.
Muchas batallas estamos venciendo.
No subestimes al hombre, estás muriendo.

Algún día serás solo memoria.
Te borraremos de faz de la tierra,
serás enterrado sin pena ni gloria.
Hasta entonces yo te maldigo.

Maldita, maldita sea tu historia.