por Greta Solís (@Greta__Solis)

• Estás haciendo trampas—dice Una.

• No, tú—contesta Otra.

• No, eres tú, tramposa. Juega limpio—sigue Una. Y risas... y más risas.

Al fondo regañan a Una. Que no sea mala, que se deje ganar, que Otra está malita, que la consuele. Una no entiende. Otra es muy fuerte. Ya no salta tanto, tose muy a menudo y se pierde clases... pero Otra es fuerte. Porque Otra ha quedado con ella para su cumple, es en unos meses, ya tienen planes. Una la quiere fuerte (y Otra lo quiere también).

​Otra está llorando en el baño, las profes cuchichean, los amigos no la llaman para jugar al Pilla-Pilla, pero Otra la reta a un pulso.

—¡A que no te atreves gallina! —dice Una. Y Otra sonríe y se remanga.

Menos mal que Una es fuerte, y ha entendido que un niño solo quiere jugar... Y Otra sigue siendo una niña.